“Cuando le conté a esa gran actriz de nuestro proyecto, recibí un abrazo que contenía, alegría, orgullo y satisfacción. Con esa generosidad me hice docente. Con la generosidad de Beatriz Masson.”
Gabriela Iribarren.
Si alguien le hubiera preguntado a mediados de los años noventa acerca de su intención de desarrollar una carrera docente, ella hubiera respondido con un rotundo no. Su vocación de actriz estuvo definida desde muy temprano, pero no pensaba en otra tarea que no fuera el escenario y la actuación. Hacia finales del año noventa y siete y gracias al consejo de una gran actriz, comenzó a proyectar el camino de la docencia académica.
Por medio de una gran y natural condición docente -don que no había advertido hasta ese entonces- comenzó a prepararse, entrenándose y profundizando en la interpretación a través del Sistema Stanislavski para el entrenamiento de actores. Se sumergió así en el universo de William Shakespeare para el arte escénico. Su propósito en la vida se había ampliado, ahora también iba a trasmitir la tarea que a ella la hacía profundamente feliz.
Fue tan intenso y comprometido este nuevo espacio que se abrió en ella, que cuatro años más tarde con sus compañeras de generación las actrices María Mendive y Marisa Bentancur, empezaron a conformar el diseño de una original propuesta que lograba atender la necesidad de formación de actores para el medio teatral y audiovisual, atendiendo el nivel artístico y las exigencias profesionales que requería el medio.
Se crea así el Instituto de Actuación de Montevideo. (IAM) que Gabriela co-funda y co-dirige desde el año 2001.